Acudir a un dentista de garantías es una de las decisiones más importantes que debes tomar en tu vida, pues un mal tratamiento puede traer secuelas importantes y en algunos casos muy complicadas de tratar a posteriori.
Entre las consecuencias de un tratamiento dental defectuoso se encuentra la parestesia dental, una sensación de adormecimiento del labio o la mandíbula producida tras haber sido afectado un nervio.
¿Cuáles son sus síntomas?
Realmente, la sensación es similar a la de estar anestesiado, por eso hay que empezar a sospechar cuando han pasado ya bastantes horas desde un tratamiento y continuamos con la sensación de adormecimiento.
Este es el principal efecto, pero hay otras consecuencias para tu boca que dependerán del tipo de lesión y la zona afectada.
Además de esta sensación, también se puede experimentar una percepción de ardor, hormigueo o picor en la boca, además de una gran hipersensibilidad dental al ingerir alimentos muy fríos o calientes.
¿Por qué puede darse una parestesia dental?
Esta condición se produce cuando en un tratamiento dental se daña algún punto del sistema nervioso periférico o central. Son varias las formas en las que se puede llegar a esta situación:
Un contacto directo sobre una estructura nerviosa, un tratamiento dental que se ha realizado de forma poco cuidadosa cerca de un nervio, una presión ejercida sobre ese nervio o una inflamación causada por un proceso odontológico son algunas de las más frecuentes.
La mayoría de estos casos son temporales y se pueden solucionar bajando la hinchazón.
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